Expresión que se utiliza cuando se va a realizar una acción que requiere no ser observada -para preservar la intimidad de quien la lleva a cabo, o porque no resulta adecuada socialmente o contraviene la ley-, al objeto de indicar que, en efecto, dicha acción no será presenciada por nadie que no deba.
Ejemplo:
- "Una vez que me aseguré de que no había moros en la costa y que ningún profesor me estaba mirando, saqué la chuleta y me copié".
La expresión se originó en los años posteriores a la reconquista y expulsión de los musulmanes -o moros- de España, a partir del S. XVI. Tras su asentamiento en el norte de África, algunos de ellos se dedicaron a la piratería, con lo que no eran infrecuentes las razias sobre las poblaciones costeras de la península ibérica más cercanas al continente africano. Para prevenir los ataques, se fueron construyeron a lo largo del litoral mediterráneo, toda una serie de torres de vigilancia, muchas de las cuáles aún perduran. Cuando los vigías apostados en estas atalayas avistaban una embarcación pirata acercándose, daban la voz de alarma al grito de "hay moros en la costa". Con el tiempo, la expresión se generalizó, en sentido metafórico, para indicar la presencia de alguien que representa una amenaza o frente a la cual debemos mostrar precaución y cautela, y también dio lugar a su versión negativa.
Ejemplo:
- "Una vez que me aseguré de que no había moros en la costa y que ningún profesor me estaba mirando, saqué la chuleta y me copié".
La expresión se originó en los años posteriores a la reconquista y expulsión de los musulmanes -o moros- de España, a partir del S. XVI. Tras su asentamiento en el norte de África, algunos de ellos se dedicaron a la piratería, con lo que no eran infrecuentes las razias sobre las poblaciones costeras de la península ibérica más cercanas al continente africano. Para prevenir los ataques, se fueron construyeron a lo largo del litoral mediterráneo, toda una serie de torres de vigilancia, muchas de las cuáles aún perduran. Cuando los vigías apostados en estas atalayas avistaban una embarcación pirata acercándose, daban la voz de alarma al grito de "hay moros en la costa". Con el tiempo, la expresión se generalizó, en sentido metafórico, para indicar la presencia de alguien que representa una amenaza o frente a la cual debemos mostrar precaución y cautela, y también dio lugar a su versión negativa.
Expresión sugerida por Rubén Alcaraz.
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