Encontrarse alguien totalmente extenuado -física y/o mentalmente-, normalmente por haber realizado un gran esfuerzo, o también, como consecuencia de un deterioro prolongado y paulatino. También se puede referir a objetos que estén muy dañados y, por tanto, resultan prácticamente inservibles.
Ejemplo:
- "¡Vaya día! -dijo Hanna- Más de nueve horas caminando por un río, saltando de piedra en piedra. Parecía que la ruta no se acababa nunca. ¡El peor día de mi corta vida! (aunque quizás también el mejor). Estoy para el arrastre".
Es un modismo procedente de la jerga taurina. Se conoce como "arrastre del toro" el momento que sigue a la muerte del toro en la plaza, cuando éste yace inerte en el albero tras ser apuntillado y debe ser "arrastrado" por las mulas para sacarlo del ruedo y disponer de sus restos. De ahí surgió esta metáfora para indicar, de manera hiperbólica, la condición de una persona que está tan cansada que no puede dar ni un paso más.
Ejemplo:
- "¡Vaya día! -dijo Hanna- Más de nueve horas caminando por un río, saltando de piedra en piedra. Parecía que la ruta no se acababa nunca. ¡El peor día de mi corta vida! (aunque quizás también el mejor). Estoy para el arrastre".
Es un modismo procedente de la jerga taurina. Se conoce como "arrastre del toro" el momento que sigue a la muerte del toro en la plaza, cuando éste yace inerte en el albero tras ser apuntillado y debe ser "arrastrado" por las mulas para sacarlo del ruedo y disponer de sus restos. De ahí surgió esta metáfora para indicar, de manera hiperbólica, la condición de una persona que está tan cansada que no puede dar ni un paso más.
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