viernes, 4 de abril de 2008

Mi palabra de hoy

"La desamortización"

Período de la historia de España que se extendió durante todo el siglo XIX y se caracterizó porque el Estado procedió a la venta masiva de los bienes pertenecientes a la Iglesia y a las órdenes religiosas.
Durante siglos la iglesia y las órdenes religiosas habían ido acumulando un enorme patrimonio, sobre todo inmobiliario, hasta convertirse en los propietarios de una parte sustancial de la tierra en España. El Estado consideró que la posesión de tal ingente cantidad de bienes en manos de sujetos que no tenían intención alguna de "comerciar" con ellos impedía el desarrollo económico así como la aparición de una clase burguesa y, a la postre, lastraba el progreso del país. La propia denominación del proceso como "desamortización" tiene su origen en esa idea: se decía que dichos bienes se encontraban en "manos muertas" al ser poseídos por sujetos que no realizaban actividades comerciales.
La Iglesia no recibió compensación alguna por la venta de sus bienes, cuyos ingresos fueron a nutrir las arcas del Estado y paliar el gran déficit público. No es fácil adivinar por ello que el proceso contó con la oposición frontal de ésta, que amenazó con excomulgar a todo el que participase en la misma.
El proceso desamortizador más conocido es el que llevó a cabo a partir de 1836 el ministro Mendizábal; aunque el más importante es el que tendría lugar años después, en 1855, con el ministro Madoz.
Con independencia de la valoración que el proceso nos merezca, lo cierto es que cambió la estructura económica y productiva de España que avanzó hacia un Estado más liberal y burgués, marcando un antes y un después en la historia del país. Significó también el declive de la iglesia y de las órdenes religiosas.

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