"Tener derecho al pataleo"
Quejarse amargamente ante una situación que se considera injusta o frente a la que se muestra disconformidad. El modismo se emplea para indicar la resignación del que sabe que no puede cambiar la situación y que la queja es la única manera que le queda de expresar su frustración.
Ejemplo:
- Ante la nueva ley, la única opción que les queda a los ciudadanos es el derecho al pataleo, porque ya se sabe que nada va a cambiar.
La expresión hunde sus raíces en una tradición existente en la Universidad de Salamanca desde el S. XVI. Se cuenta que en el frío invierno salmantino, los alumnos pobres que ocupaban las bancas más gélidas se ganaron el derecho a patalear (golpear el suelo con los pies) al principio de cada sesión de clases, por las mañanas, al objeto de poder entrar en calor. Con el tiempo, la excusa del derecho al pataleo era usada también por los alumnos cada vez que querían mostrar disconformidad con algo que el profesor decía.
Ejemplo:
- Ante la nueva ley, la única opción que les queda a los ciudadanos es el derecho al pataleo, porque ya se sabe que nada va a cambiar.
La expresión hunde sus raíces en una tradición existente en la Universidad de Salamanca desde el S. XVI. Se cuenta que en el frío invierno salmantino, los alumnos pobres que ocupaban las bancas más gélidas se ganaron el derecho a patalear (golpear el suelo con los pies) al principio de cada sesión de clases, por las mañanas, al objeto de poder entrar en calor. Con el tiempo, la excusa del derecho al pataleo era usada también por los alumnos cada vez que querían mostrar disconformidad con algo que el profesor decía.
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