"Expósito"
Hoy día ha perdido sus connotaciones peyorativas pero cuando siglos atrás se escuchaba de alguien que se apellidaba "expósito" todo el mundo sabía lo que eso significaba. "Expósito" era el apellido dado legalmente a todos aquellos recién nacidos procedentes de padres desconocidos y criados en las llamadas "casas de expósitos". Durante siglos, el abandono de recién nacidos constituyó una práctica habitual socialmente tolerada, sobre todo para el caso de madres solteras. Para evitar la deshonra, era común que se deshicieran del bebé anónimamente, dejándolo en una "cada de expósitos" o inclusa, donde instituciones benéficas, principalmente la Iglesia, se hacían cargo del mismo. Ante la falta de padres de los que tomar el apellido, el Estado les otorgaba a todos el mismo. Por tanto, llamarse "expósito" revelaba inmediatamente su origen.
En la actualidad, esta práctica está abolida. La ley establece que al bebe no adoptado cuya filiación se desconoce se le otorgarán apellidos de uso corriente.
En la actualidad, esta práctica está abolida. La ley establece que al bebe no adoptado cuya filiación se desconoce se le otorgarán apellidos de uso corriente.
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